domingo, 28 de marzo de 2010

El modelo combinado: ¿otra alternativa?

Desde hace algunos años he venido planteando la idea de reavivar el debate sobre el supuesto FRACASO de la escolarización especial. Los argumentos pedagógicos, curriculares, políticos, disciplinares y sociales sobre la necesidad de cerrar las escuelas y aula especiales (desde mediados la década de 1990 hasta principios de 2000), como parte de una estrategia generalizada de unificación del sistema educativo, haciéndolo "más integrador y ahora inclusivo", no dejan de tener mayor sentido y fuerza cuando lo sometemos al ineludible argumento del costo, la eficiencia, la eficacia, la austeridad y la reducción financiera de la escuela estatal.

No deja de ser intrigante el hecho de que en nuestro país la "gradualización" de los procesos de integración haya durado menos de una década, mientras en otros países de América Latina, Norte América e incluso Europa, todavía tienen en sus estructuras sistémicas escolares formas de existencia transformada, renovada y resignificada de las escuelas y las aulas especiales, como parte integral del aseguramiento del derecho a la educación de las personas con discapacidad y excepcionalidad. Además, no deja de ser significativo el efecto que tuvo la Ley 715 en el financiamiento de la educación y la unificación o "fusión" institucional escolar, que tuvo evidentes (pero no reconocidas) incidencias en las oportunidades de escolarización de algunas minorías culturales, lingüísticas y de capacidad.

En la actualidad, la parametrización, universalización y estandarización de la escolarización incluyente e incluso algunos análisis que empiezan a mostrar sus limitaciones, sus reduccionismos, sus prácticas excluyentes y discriminatorias, además de las cientos de experiencias concretas de fracaso, expulsión y ausencia de aprendizaje, aunque se esté en la escuela para todos; deberían comenzar a plantearnos serios debates sobre las formas de reestructuración del sistema homogéneo, lineal y unificado (aunque existe todavía la diversificación sistémica).

Para incitarnos a una posible conversación para 2010, si les parece, les remito un reportaje de Galicia (Europa) y de Bolivia (América Latina) que nos debería poner a pensar, tal vez, en lo que significa un sistema formativo, heterogéneo, plural y abierto, que favorezca las trayectorias subjetivas y colectivas y que no predetermine, con absoluta rigidez, las experiencias de educación y formación de los sujetos, menos cuando se encuentran en una situación de discapacidad o excepcionalidad y más aún en otras expresiones singulares de la diferencia.

La propuesta consistiría en pensar volver sobre el debate del FRACASO. Qué significa el fracaso de la educación especial en nuestro? Podemos hablar de los indicios del fracaso de la educación inclusiva? Debemos pensar que ha existido fracaso de una y de la otra? Cómo afecta la crisis de la educación y la crisis mundial la idea de fracaso de la educación especial y la inclusiva? Cuáles han sido los tránsitos entre lo especial y lo inclusivo en las políticas educativas y cuáles han sido los efectos y reestructuraciones para los maestros, los aprendices, las comunidades, el conocimiento escolar, las experiencias escolares? Debemos replantear los términos del análisis del supuesto fracaso de la escolarización especial?

Estás y muchas otras podrían ser parte de nuestras preguntas sobre un sólo eje de discusión: qué significa HOY la educación especial? existe FRACASO de la educación especial en Colombia?

Saludos

http://www.elcorreogallego.es/galicia/ecg/galicia-atiende-37-colegios-educacion-especial-1-200-alumnos/idEdicion-2010-03-28/idNoticia-530591/

http://www.ernestojustiniano.org/2010/03/evo-politiza-entrega-de-escuela-para-nios-con-discapacidad-en-la-llajta/

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Alexander Yarza de los Ríos